El papel fundamental de la enfermería es establecer un vínculo terapéutico con el paciente, romper estigmas y hacer que no abandone

Miguel Plaza Y Luz Bugallo Con Pablo Portabales de Aclad Coruña (soundcloud.com)

El servicio de enfermería  de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga de A Coruña  ha dado un giro de 180º  en sus funciones diarias desde que  hace unos 5 años tiene que vérselas con pacientes de un perfil muy diferente al del heroinómano de los años 80 y 90.  El policonsumo ha provocado un aumento muy significativo en las consultas de pacientes con patología dual, o lo que es lo mismo, la coexistencia de los trastornos de adicción y de enfermedad mental en algunos casos grave, por lo que se hizo necesario otro tipo de atención y un trabajo mayor contra el abandono de la medicación.

De este tema ha hablado la coordinadora de enfermería de ACLAD, Luz Bugallo, en el espacio Cita con ACLAD de Radio Voz, con Pablo Portabales.

Bugallo ha explicado que hasta hace unos años la labor fundamental en enfermería era trabajar en el programa de tratamiento de derivados de opiáceos, en el que los pacientes que consumían estas sustancias entraban en el tratamiento con metadona. “Nuestro principal trabajo consistía en suministrar el fármaco diariamente o como se le hubiese pautado y ayudar a mejorar otros déficits habituales en estos usuarios como son la alimentación y la higiene”. La actual consulta de enfermería nació a raíz de que el paciente con patología dual necesitaba otra atención.  Entonces, los tratamientos fueron variando y los antipsicóticos, que antes eran via oral ahora son inyectables de larga duración, aunque hay casos en los que es necesario combinarlos con el suministro de pastillas.

Cuando hay una enfermedad mental de por medio, los profesionales tienen que multiplicar sus esfuerzos  para luchar contra los estigmas del paciente y su abandono de la medicación. “Cuando la consulta se creó tenía el objetivo muy claro de establecer un vínculo terapéutico con los pacientes para que no te vean como un enemigo, sino como alguien que está para ayudarles. Las drogas muchas veces distorsionan el modo de pensar y ellos vienen en situaciones de poca receptividad;  Hay que trabajar con los estigmas que padecen de estar medicado, de que les tengan por locos”.

Luz Bugallo señala que muchas veces es necesario “establecer una alianza con el paciente, negociar con él, para motivarle en la consecución de objetivos y prevenir recaídas y desestabilización en la patología mental. Si se establece un vínculo terapéutico con él, el abandono de la medicación se reduce al 1 por ciento. Estamos siempre encima”.

La coordinadora del servicio de enfermería subraya la importancia de que ACLAD, con un equipo multidisciplinar, proporciona un tratamiento integrado de los dos trastornos, el de la drogodependencia y el de salud mental.  “Hay otros tipos de tratamiento, por separado, primero el de la drogadicción y luego el de salud mental pero no funcionan”.

El servicio de enfermería trabaja, además, en la reducción del daño por consumo de drogas, con el denominado Programa Pico, de intercambio jeringuillas para evitar la reutilización de este instrumental por uno o varios adictos. “Nosotros facilitamos las jeringuillas pero tienen que devolvérnoslas para que no las usen otros o las dejen tiradas por ahí”

También tiene la función de reducir los daños el Taller de Sexo Seguro, en el que ACLAD facilita preservativos.

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