La permisibilidad y el romanticismo sobre los porros, una de las causas.
Lorena Casete Con Pablo Portabales de Aclad Coruña (soundcloud.com)
Casi el 65% de la población española sabría dónde y cómo conseguir hachís con mucha facilidad, según encuestas realizadas para el Plan Nacional sobre Drogas, entre personas de 13 a más de 60 años de edad. Son datos destacados en Radio Voz por la psicóloga clínica de ACLAD, Lorena Casete, que relacionó esta gran disponibilidad de las drogas con los valores de permisibilidad y tolerancia social de que gozan sustancias como el hachís y la marihuana.
Lorena Casete incluso cree que muchos adultos de hoy en día tienen una visión romántica de los porros porque los vinculan a actitudes políticas de hace 40 años. “Hay padres que no se preocupan de que sus hijos fumen hachis porque creen que es algo muy normal y hasta un signo de libertad. Pero sí que pasa algo con los porros … Es una ruleta rusa muy fastidiada de jugar si la persona tiene una cierta predisposición a padecer problemas siquiátricos”
Casete, que ha intervenido en el espacio de cada martes Cita con ACLAD, conducido por Pablo Portabales, ha hablado de los mitos y creencias sobre el cannabis
Ha desmentido el viejo mito de que la marihuana no es mala o es menos mala que otras sustancias porque proviene de una planta. “Es un mal argumento porque también tenemos otras plantas que nos dan venenos que nos matan, pero el hecho de que el cannabis sea una planta y , además, verde, como lo bio está de moda, hace que en los coles te encuentres con personas adultas que te discuten que la maría es otra cosa y es imposible que sea mala”.
Esta psicóloga de ACLAD asegura que el cannabis no tiene nada de positivo porque es ajeno a nuestro organismo y no tiene nada que aportar. “Al contrario: cada vez que se consume THC lo que se hace es mandar un mensaje confuso a nuestro cerebro, porque lo que fumamos como marihuana también lo puede producir nuestro cerebro y es una manera de engañarlo”.
Lorena Casete ha indicado que dejar de consumir esta sustancia no es más fácil que en el caso de otras drogas. No es necesario pasar por un proceso de desintoxicación como ocurre con el alcohol y la heroína, pero muchas personas necesitan tratamiento de hasta 2 meses para dejar de fumar hachís.
También ha hablado de perfiles muy diferenciados entre los actuales consumidores de cannabis que acuden a las consultas de esta asociación sin ánimo de lucro.
Los grupos más numerosos son los de menores de 13 hasta 18 ó 20 años, que sufren desajustes escolares y/o familiares, y los de los adultos que ahora alcanzan los 40 años, llevan consumiendo cannabis toda la vida desde los 13 y quieren dejarlo por su elevado coste, hasta 400 euros al mes si el consumo es diario. Un grupo más reducido lo conforman consumidores que se ganan la vida al volante y que están muy concienciados de la necesidad de dejarlo para mantener su trabajo.
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