Cincuenta padres y madres de alumnos del IES Rafael Puga de A Coruña participaron la semana pasada en las actividades de prevención que la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga – ACLAD – lleva a cabo en los centros de Enseñanza Secundaria para enseñar, orientar y ayudar a los progenitores de los adolescentes en la educación contra las drogas, en la detección de alarmas y en los recursos profesionales que tienen a su disposición cuando acucia la sospecha o el problema. No en vano, es misión fundamental de estos encuentros hacer de enlace con las familias para facilitar, si es necesario, que se inicie tratamiento precoz en el centro de ACLAD.
La responsable del Programa de Prevención, Lorena Casete, encargada de dirigir la cita con padres y madres , subrayó que para evitar angustias innecesarias es fundamental romper tópicos como que todas las drogas son iguales, que su consumo siempre conduce al descontrol o que quienes comienzan consumiendo porros siempre acaban inevitablemente enganchándose a la heroína.
Experimentada psicóloga clínica, Lorena Casete, se apoyó en datos de los últimos años, para indicar que la mayor parte de los adolescentes no pasan de la experimentación y que las sustancias que más consumen son el tabaco y el alcohol.
Otra falsa creencia es que hay drogas duras y blandas y que solo hay que preocuparse de las últimas. Puntualizó que lo que nunca se debe hacer es quitar importancia a las relaciones con ciertas sustancias, como tampoco es conveniente estar preguntando continuamente a los hijos si han tomado drogas.
Esta especialista en el tratamiento de las adicciones invitó a su auditorio a pensar en qué medida conocen los gustos y las motivaciones de sus hijos/as a la hora de elegir aficiones y amigos y plantearse ilusiones y proyectos; si están bien informados sobre las drogas, si consumen o no alguna sustancia y si creen que les pedirían ayuda si la necesitaran.
Y es que la participación del padre y la madre en la vida de sus hijos supone el principal factor de protección frente a las drogas . Pero hay otro no menos importante en el decálogo de la educación: establecer unos límites claros y una disciplina consistente.
Por el contrario, son factores de riesgo la falta de cariño y respaldo, la crianza ineficiente y un abuso de las drogas por parte del cuidador. También deben despertar una atención especial algunas señales tempranas de riesgo que pueden verse en la infancia como conducta agresiva, falta de autocontrol o temperamento difícil. Otras señales de preocupación son romper las reglas sin una razón clara, el absentismo escolar, consumir sustancias psicoactivas, actos de vandalismo, destrucción de la propiedad, provocar incendios, mentir para conseguir un favor o evitar responsabilidades y escaparse
Otros factores de riesgo son la relación con compañeros que abusan de las drogas, el fácil acceso a ellas, creencias tolerantes hacia el abuso, así como un historial familiar que pueda conllevar una predisposición.
A la hora de hacerle preguntas a los hijos/as, lo fundamental es mantener paciencia y escuchar. Esperar y elegir el momento adecuado, no hacer más de dos preguntas seguidas, no coleguear, preguntar lo mismo pero de otra persona, en algunos momentos ser francos y expresar la preocupación, no acusarles y guardar la confidencialidad. Si además de la sospecha el adolescente empeora en el comportamiento o hay evidencia de consumo, es necesario pedir ayuda profesional.
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